A lo mejor es cosa mía, pero empieza a ser peligrosa la dependencia del Barça de la figura de Guardiola. Desde que se fue de vacaciones las renovaciones están costando sangre, sudor y lágrimas, Laporta ha tenido sus momentos de gloria, Txiki sigue siendo incapaz de fichar y ya se empieza a hablar del relevo de Laporta para las elecciones del año que viene. Eso por no hablar de la prensa autóctona, a la que sólo le falta regalar rabia empaquetada con el ejemplar del Domingo posterior a cada fichaje del Real Madrid.
Si Guardiola ha de ser la única voz que aporte sentido común vamos apañados; le queda un año de contrato y si no renueva va a dejar un agujero como el que dejó Cruyff en su día, agujero que sólo se pudo tapar con la combinación Laporta-Ronaldinho-Rijkaard después de años de ir a ninguna parte (aunque con algunos títulos por el camino, cierto es).
Y todo esto apenas un mes después del triplete...
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