El fútbol, a veces, es cuestión de impresiones, rachas y demostraciones de fuerza puntuales. Ayer el Manchester pasó por encima del West Bromwich sin despeinarse, 0-5, marcaron Berbatov, Tévez, Vidic y Cristiano Ronaldo por partida doble. A principios de temporada el Chelsea parecía que podía con todo a velocidad de crucero; después fue el Liverpool el que cogió el papel de candidato agarrándose a un juego más ofensivo y goles de última hora. Mientras, el United sesteaba, con partidos aplazados, el Mundial de Clubes, la adaptación de Berbatov, el contrato de Tévez, Cristiano Ronaldo recuperándose de la lesión... Se sabía que el United estaba pero no se contaba mucho con él.
Ha sido volver del Mundial de Clubes, que Ronaldo recoja todos los premios habidos por haber, y empezar a pisar el acelerador. Líderes, finalistas de la Carling Cup y adelante en la FA Cup después de eliminar al Tottenham. Nadie habla de ganar uno, dos, tres o los cuatro títulos, pero por estado de forma, plantilla e inercia, parece difícil apear al Manchester de cualquier competición.
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