Derby contra el City, Tévez enfrente y marcando en Old Trafford, con el global de la eliminatoria empatado a 3, corner en el 92, la jugada ensayada que sale mal, Giggs se saca de la chistera un centro tenso con el interior y ahí esta Rooney, entrando de cabeza para enviar al United a la final en Wembley.
Esto después de marcarle cuatro al Hull City.
viernes, 2 de julio de 2010
Velocidad de crucero
Se puede perder cualquier día, entra dentro del juego. Pero hay equipos que convierten esa posibilidad en algo remoto. Ayer el Barcelona de baloncesto perdió el segundo partido de la temporada con un tiro a falta de siete décimas. Lo dicho, se puede perder.
Lo mismo sucede con el equipo de fútbol. Ayer acabó la primera vuelta invicto, algo inédito en los 110 años del club, otro récord para explicar a los que vendrán, aquél equipo de las seis Copas no se cansó de ganar y al año siguiente acabó la primera vuelta imbatido, lo nunca visto para un equipo que, en los últimos 20 años dio un vuelco a su historia pero demasiadas veces le faltó el instinto de la autosuperación, conformándose con el juego bonito, las alabanzas y alimentando un entorno de politiqueo autodestructivo.
No parece que esta vez vaya a suceder. Pocas veces un equipo blaugrana ha transmitido tal sensación de seguridad en la victoria, en que no hay días malos y, en caso de que los haya, el compromiso, el esfuerzo y el perseguir el triunfo van a estar ahí. Por eso, para un afición acostumbrada al 'avui patirem', los partidos se afrontan de forma distinta. Nadie da nada por sentado, pero la confianza ciega en que el partido será atractivo y muy probablemente acabará decántandose para los de Guardiola es palpable.
La temporada anterior el juego del equipo era exagerado, por momentos parecía un partido de exhibición, como si un debutante tuviera que demostrar, día sí día también, que tiene talento, que puede ser una estrella, marcaban el tercero e iban a por el cuarto. De ahí que, a pesar de los deslumbrantes resultados, hasta que no se consiguieron los títulos no existía una confianza ciega en el equipo. Cualquier partido loco o trabado podía suponer un traspiés (Atlético de Madrid, Espanyol, Chelsea). Había una sensación de fragilidad, del mismo modo que se goleaba algún día se podía caer con estrépito.
Este año la sensación es distinta. Hay más recursos con la incorporación de Ibrahimovic y la mejoría de Keita para adaptarse a la fluidez con que circula el balón en el centro del campo han cambiado la efervescencia por una mejor lectura de los partidos. Ayer, salvo el gol involuntario de Alves, el Barça supo cuando y como atacar al Valladolid. Eligió la forma más adecuada, la banda derecha, y casi pareció que escogía los momentos en los que generar ocasiones. Messi no conduce tanto el balón ni siempre arranca desde banda, cuando el año anterior se hartó a hacer diagonales desde la derecha, ya no hay tanta pared de fútbol sala en la frontal del área y la salida del balón ya no es siempre hacia el medio centro. El equipo y las soluciones de Guardiola han construido un conjunto más maduro y cerebral. Por el camino se han quedado las goleadas y el fútbol de salón sin perder atractivo estético, todo un mérito.
Por eso me parece que los cinco puntos de diferencia con el Real Madrid de este año son más significativos que los doce de la temporada pasada.
Lo mismo sucede con el equipo de fútbol. Ayer acabó la primera vuelta invicto, algo inédito en los 110 años del club, otro récord para explicar a los que vendrán, aquél equipo de las seis Copas no se cansó de ganar y al año siguiente acabó la primera vuelta imbatido, lo nunca visto para un equipo que, en los últimos 20 años dio un vuelco a su historia pero demasiadas veces le faltó el instinto de la autosuperación, conformándose con el juego bonito, las alabanzas y alimentando un entorno de politiqueo autodestructivo.
No parece que esta vez vaya a suceder. Pocas veces un equipo blaugrana ha transmitido tal sensación de seguridad en la victoria, en que no hay días malos y, en caso de que los haya, el compromiso, el esfuerzo y el perseguir el triunfo van a estar ahí. Por eso, para un afición acostumbrada al 'avui patirem', los partidos se afrontan de forma distinta. Nadie da nada por sentado, pero la confianza ciega en que el partido será atractivo y muy probablemente acabará decántandose para los de Guardiola es palpable.
La temporada anterior el juego del equipo era exagerado, por momentos parecía un partido de exhibición, como si un debutante tuviera que demostrar, día sí día también, que tiene talento, que puede ser una estrella, marcaban el tercero e iban a por el cuarto. De ahí que, a pesar de los deslumbrantes resultados, hasta que no se consiguieron los títulos no existía una confianza ciega en el equipo. Cualquier partido loco o trabado podía suponer un traspiés (Atlético de Madrid, Espanyol, Chelsea). Había una sensación de fragilidad, del mismo modo que se goleaba algún día se podía caer con estrépito.
Este año la sensación es distinta. Hay más recursos con la incorporación de Ibrahimovic y la mejoría de Keita para adaptarse a la fluidez con que circula el balón en el centro del campo han cambiado la efervescencia por una mejor lectura de los partidos. Ayer, salvo el gol involuntario de Alves, el Barça supo cuando y como atacar al Valladolid. Eligió la forma más adecuada, la banda derecha, y casi pareció que escogía los momentos en los que generar ocasiones. Messi no conduce tanto el balón ni siempre arranca desde banda, cuando el año anterior se hartó a hacer diagonales desde la derecha, ya no hay tanta pared de fútbol sala en la frontal del área y la salida del balón ya no es siempre hacia el medio centro. El equipo y las soluciones de Guardiola han construido un conjunto más maduro y cerebral. Por el camino se han quedado las goleadas y el fútbol de salón sin perder atractivo estético, todo un mérito.
Por eso me parece que los cinco puntos de diferencia con el Real Madrid de este año son más significativos que los doce de la temporada pasada.
La no renovación
A lo mejor yo lo he entendido mal, pero ayer Guardiola no renovó nada. No firmó un contrato nuevo ni una extensión del actual, y tampoco aseguró que el año que viene vaya a seguir como entrenador del Barcelona. Todo queda supeditado a que haya 'feeling' con el nuevo presidente, o lo que es lo mismo, puede que sí o puede que no. ¿Alguna diferencia con la situación que había antes? Ninguna, aunque muchos ya duermen mejor y los demás nos evitamos cantidades ingentes de rumores y portadas sobre el futuro de Guardiola, que no es poco. Pero de renovación, nada de nada, lo único que parece que no firmará con otro equipo, de momento, cosa que tampoco hubiera hecho ya que dijo que esperaría a final de temporada para decidir su futuro.
Guardiola volvió a hacer lo mejor para el equipo y el club, pero a lo mejor no para él, y por primera vez sucumbió al entorno, que exigía una decisión afirmativa por su parte -que no una decisión a secas-. De hecho, en las imágenes yo no veo un tipo radiante y feliz, sino alguien en cierto modo obligado a expresar un compromiso verbal en público rodeado de los que lo han llevado a esta situación (atención a la cara que pone cuando Laporta se marca la machada de decir que el 2-6 del Bernabeu contaba como un título-). Ah, y si es una renovación, de momento es para un año, ¿suena eso a proyecto de futuro? ¿Puede el Barça tener un entrenador por un año? ¿Fichas lo que te pide un entrenador que a lo mejor se va dentro de nueve meses?
No está de más ver parte de la rueda de prensa de ayer y que cada uno extraiga sus conclusiones.
Guardiola volvió a hacer lo mejor para el equipo y el club, pero a lo mejor no para él, y por primera vez sucumbió al entorno, que exigía una decisión afirmativa por su parte -que no una decisión a secas-. De hecho, en las imágenes yo no veo un tipo radiante y feliz, sino alguien en cierto modo obligado a expresar un compromiso verbal en público rodeado de los que lo han llevado a esta situación (atención a la cara que pone cuando Laporta se marca la machada de decir que el 2-6 del Bernabeu contaba como un título-). Ah, y si es una renovación, de momento es para un año, ¿suena eso a proyecto de futuro? ¿Puede el Barça tener un entrenador por un año? ¿Fichas lo que te pide un entrenador que a lo mejor se va dentro de nueve meses?
No está de más ver parte de la rueda de prensa de ayer y que cada uno extraiga sus conclusiones.
Asistencias
Tratando de encontrar un hueco para escribir algo sobre los cinco puntos de diferencia, la renovación de Guardiola o por qué Cesc debería ser El Fichaje, dejo este post con algunas asistencias del fin de semana (lo he visto en 101 Great Goals). Me quedo con la de Xavi porque rompe dos líneas, la sutilidad de Ballack y el conjunto asistencia-control-remate de Munitis y Canales.
Cosas del fútbol
Los mejores 45 minutos de la temporada, al nivel del juego mostrado la temporada pasada, acaban con la virginidad del Barcelona de Guardiola.
Partidazo con segunda parte antológica. Presión, posesión con sentido, constantes cambios de posición, con Iniesta y Messi percutiendo y encarando constantemente, Ibrahimovic y Henry intercambiando posiciones y habilitando la llegada de la segunda línea, Xavi ordenando el juego en las inmediaciones del área, Piqué ganando casi todos los balones aéreos y Puyol y Abidal cerrando atrás. No brilló Alves en ataque, en parte porque Messi monopolizó la banda derecha y desbordó a Fernando Navarro sin necesidad del dos contra uno, en parte porque Jiménez puso a Navas durante parte del segundo tiempo para fijar al brasileño.
A nivel individual nada que reprochar a nadie, con un Messi que ha tenido cuatro ocasiones de gol claras -dos salvadas por un Palop providencial, otra que da en el palo y una picada que se va fuera-, unos Xavi e Iniesta imperiales -gol desde fuera del área del primero y una jugada que iba para enmarcar del segundo que fue rebañada en el último momento después de sentar al portero y un defensa-, un Puyol que está, sin duda, en el mejor momento de su carrera y que incluso ha subido el balón con criterio en momentos de apuro, un Busquets que es el termómetro del juego del equipo -si juega a uno o dos toques es que la cosa funciona, hay movilidad y espacios, lo contrario es sinónimo de atasco-.
En la parte no tan positiva un Henry que sigue sin ser un jugador desequilibrante, que no quiere decir que juegue mal, pero no marca la diferencia, un Ibrahimovic que ha tenido dos ocasiones que un nueve de equipo grande no debería perdonar -la volea de la primera parte, el rechace del palo a puerta vacía de la segunda-, pero quien más quien menos sabía que cambiar a Ibra por Eto'o comportaba perder algo de gol a cuenta de generar más juego. Y los cambios, la entrada de Bojan y Pedro a falta de siete minutos rompió el ritmo del Barça -o eso me pareció a mí-; se perdieron los apoyos de espaldas y el juego aéreo de Zlatan y la posibilidad de una llegada dede atrás de Alves -aunque es cierto que Pedro participó en dos jugadas de peligro-.
Y como no, el héroe del partido: un Palop inmenso, un portero que de no haber vivido a la sombra de Cañizares demasiados años tendría un mayor reconocimiento popular.
En definitiva, partidazo. Y ahora imaginemos que la Copa fuera a partido único y todos los partidos se jugaran con esta urgencia.
Partidazo con segunda parte antológica. Presión, posesión con sentido, constantes cambios de posición, con Iniesta y Messi percutiendo y encarando constantemente, Ibrahimovic y Henry intercambiando posiciones y habilitando la llegada de la segunda línea, Xavi ordenando el juego en las inmediaciones del área, Piqué ganando casi todos los balones aéreos y Puyol y Abidal cerrando atrás. No brilló Alves en ataque, en parte porque Messi monopolizó la banda derecha y desbordó a Fernando Navarro sin necesidad del dos contra uno, en parte porque Jiménez puso a Navas durante parte del segundo tiempo para fijar al brasileño.
A nivel individual nada que reprochar a nadie, con un Messi que ha tenido cuatro ocasiones de gol claras -dos salvadas por un Palop providencial, otra que da en el palo y una picada que se va fuera-, unos Xavi e Iniesta imperiales -gol desde fuera del área del primero y una jugada que iba para enmarcar del segundo que fue rebañada en el último momento después de sentar al portero y un defensa-, un Puyol que está, sin duda, en el mejor momento de su carrera y que incluso ha subido el balón con criterio en momentos de apuro, un Busquets que es el termómetro del juego del equipo -si juega a uno o dos toques es que la cosa funciona, hay movilidad y espacios, lo contrario es sinónimo de atasco-.
En la parte no tan positiva un Henry que sigue sin ser un jugador desequilibrante, que no quiere decir que juegue mal, pero no marca la diferencia, un Ibrahimovic que ha tenido dos ocasiones que un nueve de equipo grande no debería perdonar -la volea de la primera parte, el rechace del palo a puerta vacía de la segunda-, pero quien más quien menos sabía que cambiar a Ibra por Eto'o comportaba perder algo de gol a cuenta de generar más juego. Y los cambios, la entrada de Bojan y Pedro a falta de siete minutos rompió el ritmo del Barça -o eso me pareció a mí-; se perdieron los apoyos de espaldas y el juego aéreo de Zlatan y la posibilidad de una llegada dede atrás de Alves -aunque es cierto que Pedro participó en dos jugadas de peligro-.
Y como no, el héroe del partido: un Palop inmenso, un portero que de no haber vivido a la sombra de Cañizares demasiados años tendría un mayor reconocimiento popular.
En definitiva, partidazo. Y ahora imaginemos que la Copa fuera a partido único y todos los partidos se jugaran con esta urgencia.
Miércoles
La noticia es 'oh, el Barça de Guardiola tiene que remontar por primera vez una eliminatoria'. Como si no se hubiera llegado al minuto 80 y tantos en Stamford Brdge o Abu Dabi con el marcador en contra, ni se empezara perdiendo en el Bernabéu en pleno torbellino mediático-canguelista o, hace unas pocas semanas, no se hubieran afrontado dos partidos a cara de perro para sobrevivir en Champions. De acuerdo, no eran eliminatorias, pero agarrarse a eso..., que digo yo que entre todos los jugadores y cuerpo técnico algún día les habrá tocado remontar alguna eliminatoria. En fin, al menos no ha salido el 'espíritu de Goteborg' ni similares.
Más. Márquez descartado para hoy, y la pregunta es, ¿por qué se renueva por dos años a un defensa que ya hace demasiado tiempo que lleva una pájara considerable encima? Y sí, sigue teniendo el pase largo, el gol de Ibrahimovic ante el Sevilla, pero este año está desastroso en defensa -la jugada que cuesta el autogol de Piqué en Pamplona o el gol del Atlante, en cada partido hay un par de acciones en que la lía-. Un jugador que está pensando en comprar un club en su país de origen me da a mí que no está muy centrado en lo suyo. Lo que me lleva al siguiente punto: la política de renovaciones de esta directiva se la van a comer con patatas los que entren -los años de Xavi, la millonada de Valdés, las constantes renovaciones de Messi y el 'tu cobras un euro más que cualquiera y cuando fichamos a Ibra tenemos que tocarte el contrato otra vez' y demás-, eso sin contar que el máximo artífice de la transformación del equipo todavía no ha renovado, ni creo que lo haga en breve.
Puente aéreo (o AVE). Llegó el momento de Benzema; lesionado Higuaín y con Raúl sin ser noticia por ser suplente -normalidad poco destacada-, le toca al francés tirar de repertorio. Sigo pensando que Benzema es mucho más jugador que el argentino, sobre todo por esa capacidad para fabricarse un pequeño espacio y sacar disparos de la nada. Ahora tiene que demostrar si sus goles también dan puntos cuando toca y si le van los partidos épicos -que me da mí que no-.
AVE Madrid-Sevilla. Anda la grada revuelta con Jiménez, lo que me recuerda que en Mestalla también silbaron a Cúper y Benítez, por poner un ejemplo. Qué poquito cuesta acostumbrarse a comer filete cada día, aunque vengas de comer pan duro no hace tanto. Llevan una mala racha en casa, de acuerdo, pero pasaron primeros de su grupo en Champions sin mucho esfuerzo, están por eliminar al Barça en la Copa, siguen fichando fenomenalmente, hacen negocio con las ventas de jugadores y el equipo apenas se resiente... Me parece un club ideal en muchos aspectos como para reclamar la cabeza del entrenador. Eso sin contar que, hoy en día, querer disputarle la liga a Barcelona o Madrid es poco más que una utopía si se participa en Champions. Lo mejor que puede pasarle a un equipo que quiera aspirar a la liga es quedar eliminado de todo. Tan sencillo como eso.
Más. Márquez descartado para hoy, y la pregunta es, ¿por qué se renueva por dos años a un defensa que ya hace demasiado tiempo que lleva una pájara considerable encima? Y sí, sigue teniendo el pase largo, el gol de Ibrahimovic ante el Sevilla, pero este año está desastroso en defensa -la jugada que cuesta el autogol de Piqué en Pamplona o el gol del Atlante, en cada partido hay un par de acciones en que la lía-. Un jugador que está pensando en comprar un club en su país de origen me da a mí que no está muy centrado en lo suyo. Lo que me lleva al siguiente punto: la política de renovaciones de esta directiva se la van a comer con patatas los que entren -los años de Xavi, la millonada de Valdés, las constantes renovaciones de Messi y el 'tu cobras un euro más que cualquiera y cuando fichamos a Ibra tenemos que tocarte el contrato otra vez' y demás-, eso sin contar que el máximo artífice de la transformación del equipo todavía no ha renovado, ni creo que lo haga en breve.
Puente aéreo (o AVE). Llegó el momento de Benzema; lesionado Higuaín y con Raúl sin ser noticia por ser suplente -normalidad poco destacada-, le toca al francés tirar de repertorio. Sigo pensando que Benzema es mucho más jugador que el argentino, sobre todo por esa capacidad para fabricarse un pequeño espacio y sacar disparos de la nada. Ahora tiene que demostrar si sus goles también dan puntos cuando toca y si le van los partidos épicos -que me da mí que no-.
AVE Madrid-Sevilla. Anda la grada revuelta con Jiménez, lo que me recuerda que en Mestalla también silbaron a Cúper y Benítez, por poner un ejemplo. Qué poquito cuesta acostumbrarse a comer filete cada día, aunque vengas de comer pan duro no hace tanto. Llevan una mala racha en casa, de acuerdo, pero pasaron primeros de su grupo en Champions sin mucho esfuerzo, están por eliminar al Barça en la Copa, siguen fichando fenomenalmente, hacen negocio con las ventas de jugadores y el equipo apenas se resiente... Me parece un club ideal en muchos aspectos como para reclamar la cabeza del entrenador. Eso sin contar que, hoy en día, querer disputarle la liga a Barcelona o Madrid es poco más que una utopía si se participa en Champions. Lo mejor que puede pasarle a un equipo que quiera aspirar a la liga es quedar eliminado de todo. Tan sencillo como eso.
Asistencias
Hacía tiempo que no seguía a diario 101 Great Goals y hoy me encuentro con un vídeo con las mejores asistencias de la semana, ni goles ni paradas, asistencias -aunque no me guste el término, importado del baloncesto-; yo prefiero pase de gol -y no nos olvidemos del 'pase de la muerte' cuando sólo hay que empujarla, desgraciadamente muy en desuso-.
Me quedo con las de Banega, Baronio y Cahill.
Me quedo con las de Banega, Baronio y Cahill.
Media hora
Dejo la media hora antológica de Fàbregas ante el Aston Villa. Primero porque es una de las demostraciones individuales más impresionantes de los últimos tiempos (al nivel de Arshavin ante Holanda en la Euro 08 o el partido de Messi frente al Shaktar en la final de la Súpercopa). Segundo porque tenía las entradas apalabradas para verlo en directo pero al final el viaje se vino abajo y lo tuve que ver por televisión.
Lo he subido en formato iPod (m4v) y debería poder descargarse. Para ver los 27 minutos completos hay que instalar el Veoh Web Player (o descargar el vídeo); veréis los links debajo del vídeo en la página de Veoh.
Lo he subido en formato iPod (m4v) y debería poder descargarse. Para ver los 27 minutos completos hay que instalar el Veoh Web Player (o descargar el vídeo); veréis los links debajo del vídeo en la página de Veoh.
Lunes
Se agradece que Guardiola reconozca en la rueda de prensa de ayer que a la media hora se podía ir perdiendo por dos o tres goles tranquilamente. Más que nada porque con un 0-5 las portadas y noticias sobre el partido van por otros derroteros -y supongo que las tertulias de hoy también-. Si ayer en lugar del Tenerife y Alfaro están delante otros es probable que el 2010 siguiera con el casillero de victorias a cero. Nada preocupante, pero está bien ser conscientes de que el sistema de juego es arriesgado, requiere que todo y todos funcionen a la perfección, y precisamente por eso un día puede haber un accidente. Los coches deportivos no tienen maletero y se arrugan con facilidad en caso de colisión.
Ahora que el mercado de invierno apura sus últimas fechas, y viendo que los equipos grandes andan justos de liquidez, se impone el pensamiento de que fichar en invierno es un parche o producto de una mala planificación. Y ahí está Higuaín, máximo goleador de un equipo que cuenta con Raúl, Benzema y Cristiano Ronaldo (eso sin contar su participación en las dos últimas ligas ganadas por los blancos).
Dicen que el Sevilla tenía a Canales en la agenda y daban por seguro que la temporada siguiente vestiría de blanco. Llega al Pizjuán, marca dos golazos y ahora lo conocen todos. Doble mal negocio.
Y hablando del Sevilla, cada año hay equipos que aspiran a codearse con Barça y Madrid (o con el top 4 de Inglaterra o los tres de siempre en Italia) y que acaban cayendo. Casi siempre acaban cogiendo una mala racha sin motivo aparente (tres partidos consecutivos sin ganar en casa pero habiendo vencido a Barça y Real Madrid). Supongo que se mezclan varias cosas: pensar a largo plazo (pelear por un título) en lugar de ir partido a partido, los rivales van a por ti, algunos jugadores creen que por ocupar portadas o ganar a un grande ya está todo hecho, el entorno se crece y saca pecho...
Enorme mérito el del Valencia en una temporada que parecía propicia para el desastre más absoluto. Un Villa de morros porque no le dejaron ir, un Mata al que no dejaron hablar con otros clubes, una situación económica que puede saltar por los aires... De momento no ha sucedido nada de todo esto, incluso parece que no pasa nada por no retomar las obras del campo nuevo. Los resultados positivos son una gran alfombra.
Ahora que el mercado de invierno apura sus últimas fechas, y viendo que los equipos grandes andan justos de liquidez, se impone el pensamiento de que fichar en invierno es un parche o producto de una mala planificación. Y ahí está Higuaín, máximo goleador de un equipo que cuenta con Raúl, Benzema y Cristiano Ronaldo (eso sin contar su participación en las dos últimas ligas ganadas por los blancos).
Dicen que el Sevilla tenía a Canales en la agenda y daban por seguro que la temporada siguiente vestiría de blanco. Llega al Pizjuán, marca dos golazos y ahora lo conocen todos. Doble mal negocio.
Y hablando del Sevilla, cada año hay equipos que aspiran a codearse con Barça y Madrid (o con el top 4 de Inglaterra o los tres de siempre en Italia) y que acaban cayendo. Casi siempre acaban cogiendo una mala racha sin motivo aparente (tres partidos consecutivos sin ganar en casa pero habiendo vencido a Barça y Real Madrid). Supongo que se mezclan varias cosas: pensar a largo plazo (pelear por un título) en lugar de ir partido a partido, los rivales van a por ti, algunos jugadores creen que por ocupar portadas o ganar a un grande ya está todo hecho, el entorno se crece y saca pecho...
Enorme mérito el del Valencia en una temporada que parecía propicia para el desastre más absoluto. Un Villa de morros porque no le dejaron ir, un Mata al que no dejaron hablar con otros clubes, una situación económica que puede saltar por los aires... De momento no ha sucedido nada de todo esto, incluso parece que no pasa nada por no retomar las obras del campo nuevo. Los resultados positivos son una gran alfombra.
Wesley Sneijder
Entiendo que con Benzema, Kaká, Cristiano Ronaldo, Raúl, Higuaín y Van Nistelrooy alguien pensara que no necesitaban otro jugador con gol; también entiendo que con el desembolso que supusieron los nuevos fichajes se necesitara hacer caja y vender al holandés, seguramente el más valorado por el resto de clubes. Pero tengo la sensación de que se le dejó marchar con demasiada facilidad, que lo que pagó el Inter por él es poco -15 millones-, que es un jugador revulsivo, difícil de fijar por el rival y que antes podrían haber sopesado otras opciones, como sí han hecho tratando de encajar a los Marcelo, Drenthe, Arbeloa y Van der Vaart.
Ayer marcó dos goles de falta (primero y segundo), los dos con el marcador en contra, los dos para levantar al equipo y la grada y no perder ante el colista en casa. Puede que no sea el jugador más adecuado para un juego de toque -cosa que el Madrid no hace-, pero es perfecto para montar contraataques, llegar y disparar de la nada desde cualquier posición fuera del área, eso sin contar su efectividad a balón parado. Puestos a divagar, y viendo como juega el Real Madrid, se podrían haber ahorrado algún mediático y mantenido a Sneijder en la plantilla; era perfecto para el juego del Real Madrid.
Ayer marcó dos goles de falta (primero y segundo), los dos con el marcador en contra, los dos para levantar al equipo y la grada y no perder ante el colista en casa. Puede que no sea el jugador más adecuado para un juego de toque -cosa que el Madrid no hace-, pero es perfecto para montar contraataques, llegar y disparar de la nada desde cualquier posición fuera del área, eso sin contar su efectividad a balón parado. Puestos a divagar, y viendo como juega el Real Madrid, se podrían haber ahorrado algún mediático y mantenido a Sneijder en la plantilla; era perfecto para el juego del Real Madrid.
No hay rival pequeño
Andan los medios analizando al Barça 2010 por dos malos resultados, o lo que es lo mismo para este equipo, por dos no-victorias. El gran Barça de las 6 Copas, el equipo perfecto, no ha ganado los dos primeros partidos de 2010 ante Villarreal y Sevilla en casa. No hay excusas, hay equipos que deben ganar siempre, pero ambos partidos han sido bastante igualados, ha habido ocasiones de gol y, aunque el juego y la presión no hayan sido los habituales, no habría que preocuparse mucho. Más si tenemos en cuenta cómo se han ganado los títulos durante el último año.
Liga: hasta el 2-6 en el Bernabéu, el Real Madrid no dejó de presionar y apretar la clasificación; partidos ajustados como el del campo del Getafe, actuaciones milagro como la de Messi en Santander o un gol en el último minuto de Gudjohnsen para vencer al Betis en casa fueron más habituales de lo que se quiere recordar.
Copa del Rey: penalty parado por Pinto en Mallorca, en la final se empieza perdiendo y empata Touré, que juega de central, con una jugada que difícilmente volverá a repetir (y el chute toca en un defensa).
Champions: gol de Messi en Donetsk en el último minuto; Iniesta, primer tiro a puerta en Stamford Bridge y gol en el descuento que, además de dar acceso a la final, permite disputar la Súpercopa de Europa y el Mundial de Clubes; sin el Iniestazo, doblete. Y no nos olvidemos de los primeros diez minutos de la final ante el United, cuando quien más quien menos pensó que aquello era Atenas.
Súpercopa de España: Pedro, asistencia y gol en San Mamés para encarrilar el título.
Súpercopa de Europa: gol de Pedro en la prórroga, Messi se echa el equipo a la espalda y Puyol resulta providencial en acciones puntuales.
Mundial de Clubes: gol de Pedro en el último minuto para forzar la prórroga, gol de pecho de Messi para ganar el título. Sin contar que ante el Atlante se empieza perdiendo también.
Resumiendo: aquí nadie gana sin bajar del autocar, y lo que se valora de este Barça, más allá de los títulos, es el juego y la filosofía que lo respalda. Se han ganado seis Copas como se podrían haber ganado dos, la diferencia -cuatro Copas- se mide en centímetros y segundos de tiempo, en que un jugador que apenas chuta desde fuera del área enganche un zapatazo de primeras que uno de los mejores porteros del mundo es incapaz de parar.
De un tiempo a esta parte parece que cada derrota -o incluso empate- de los equipos grandes es poco menos que un fracaso descomunal, una falta de compromiso de los jugadores, un error imperdonable del entrenador -y si no que le pregunten a Pellegrini, ninguneado por no ganar todos los partidos por goleada-.
Desde que los fichajes son mediáticos y los medios deportivos patrios se escoran hacia el espectáculo, todo es blanco o negro, sin matices. El Real Madrid empata en Osasuna y se acaba el mundo -cuando históricamente, el Reyno de Navarra (ex-Sadar), había sido una encerrona para los grandes-; el Barça empata con el Villarreal, equipo que cada año le araña puntos al Barça y al Madrid y ya se oyen los primeros murmullos; lo mismo con el Sevilla, que cuando interesa es un outsider al título de Liga pero cuando juega contra los grandes debería perder ¿? El problema, y debe ser algo cultural, es que aquí se mira el calendario y muchos partidos se dan por ganados a meses vista, llega el día, se empata o se pierde y el periodista de turno inflama la tertulia nocturna o se monta una portada amarillista.
Curiosamente, ni jugadores ni entrenadores actúan así; siempre hay respeto por el rival, todos saben que hay campos difíciles de per se, que habrá bajas, cansancio, polémicas, que los equipos viven de las rachas y la confianza, y que hay días en que simplemente las cosas no salen bien. Ah, y que el rival también suele jugar, tiene su orgullo y quiere ganar. Que a veces da la sensación que algunos querrían una Liga con equipos que se dejaran ganar.
Liga: hasta el 2-6 en el Bernabéu, el Real Madrid no dejó de presionar y apretar la clasificación; partidos ajustados como el del campo del Getafe, actuaciones milagro como la de Messi en Santander o un gol en el último minuto de Gudjohnsen para vencer al Betis en casa fueron más habituales de lo que se quiere recordar.
Copa del Rey: penalty parado por Pinto en Mallorca, en la final se empieza perdiendo y empata Touré, que juega de central, con una jugada que difícilmente volverá a repetir (y el chute toca en un defensa).
Champions: gol de Messi en Donetsk en el último minuto; Iniesta, primer tiro a puerta en Stamford Bridge y gol en el descuento que, además de dar acceso a la final, permite disputar la Súpercopa de Europa y el Mundial de Clubes; sin el Iniestazo, doblete. Y no nos olvidemos de los primeros diez minutos de la final ante el United, cuando quien más quien menos pensó que aquello era Atenas.
Súpercopa de España: Pedro, asistencia y gol en San Mamés para encarrilar el título.
Súpercopa de Europa: gol de Pedro en la prórroga, Messi se echa el equipo a la espalda y Puyol resulta providencial en acciones puntuales.
Mundial de Clubes: gol de Pedro en el último minuto para forzar la prórroga, gol de pecho de Messi para ganar el título. Sin contar que ante el Atlante se empieza perdiendo también.
Resumiendo: aquí nadie gana sin bajar del autocar, y lo que se valora de este Barça, más allá de los títulos, es el juego y la filosofía que lo respalda. Se han ganado seis Copas como se podrían haber ganado dos, la diferencia -cuatro Copas- se mide en centímetros y segundos de tiempo, en que un jugador que apenas chuta desde fuera del área enganche un zapatazo de primeras que uno de los mejores porteros del mundo es incapaz de parar.
De un tiempo a esta parte parece que cada derrota -o incluso empate- de los equipos grandes es poco menos que un fracaso descomunal, una falta de compromiso de los jugadores, un error imperdonable del entrenador -y si no que le pregunten a Pellegrini, ninguneado por no ganar todos los partidos por goleada-.
Desde que los fichajes son mediáticos y los medios deportivos patrios se escoran hacia el espectáculo, todo es blanco o negro, sin matices. El Real Madrid empata en Osasuna y se acaba el mundo -cuando históricamente, el Reyno de Navarra (ex-Sadar), había sido una encerrona para los grandes-; el Barça empata con el Villarreal, equipo que cada año le araña puntos al Barça y al Madrid y ya se oyen los primeros murmullos; lo mismo con el Sevilla, que cuando interesa es un outsider al título de Liga pero cuando juega contra los grandes debería perder ¿? El problema, y debe ser algo cultural, es que aquí se mira el calendario y muchos partidos se dan por ganados a meses vista, llega el día, se empata o se pierde y el periodista de turno inflama la tertulia nocturna o se monta una portada amarillista.
Curiosamente, ni jugadores ni entrenadores actúan así; siempre hay respeto por el rival, todos saben que hay campos difíciles de per se, que habrá bajas, cansancio, polémicas, que los equipos viven de las rachas y la confianza, y que hay días en que simplemente las cosas no salen bien. Ah, y que el rival también suele jugar, tiene su orgullo y quiere ganar. Que a veces da la sensación que algunos querrían una Liga con equipos que se dejaran ganar.
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